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La schefflera

La schefflera schefflera

La Cheflera es una de las plantas de interior más populares que se comercializa actualmente.

Pertenece a la familia de las Araliáceas y es originaria de las zonas tropicales de Taiwan, Nueva Zelanda y Asia sudoriental. Totalizan unas 150 especies siendo la más conocida y vendida como planta de interior la Schefflera arborícola.

Se trata de un arbusto de hoja perenne que alcanza de 3 a 6 metros de altura de forma independiente. Las hojas son palmeadas compuestas con 7 o 9 foliolos obovados. Es una planta fácil de cultivar, por lo que será adecuada para los principiantes de la materia. Veamos sus cuidados punto por punto:

LUZ: es una planta que se adapta fácilmente a cualquier intensidad de luz, lugares con luz fuerte o zonas sombrías. Si bien la mejor situación será en zonas bien iluminadas sin recibir el sol directo. Es importante saber que cuanta menos luz reciban más lento será su crecimiento y la producción de hojas.

TEMPERATURA: Al tratarse de una planta de origen tropical es conveniente mantenerla a una temperatura de entre 12 y 25ºC y en lugares donde no le den corrientes de aire. En zonas de clima benigno donde la temperatura no baje de 0ºC y sin heladas es posible cultivarla en el exterior.

RIEGO: La Cheflera no necesita mucho agua y aguanta bien la sequia, sin embargo la situación ideal será mantener el sustrato húmedo pero sin encharcar. El encharcamiento hará que pierda las hojas inferiores. Para ello necesitara un buen drenaje colocándola sobre un plato con guijarros y manteniendo el agujero inferior de la maceta libre de obstrucciones.

HUMEDAD AMBIENTAL: Agradece una humedad alta en el aire (crecerá más y con mejor color), pero soporta la sequedad y el aire viciado. Será bueno rociar el follaje de vez en cuando, sobre todo si hay calefacción por la sequedad que produce y en verano. También servirá para lavar las hojas. 

ABONO: A la hora de fertilizar será conveniente pecar por defecto que por exceso. Utiliza algún fertilizante orgánico y sólo fertiliza cada dos o tres meses.

PODA Y CAMBIO DE MACETA: Si es joven, trasplántala a una maceta mayor los primeros años; si no, hazlo cada 2 años ó simplemente sustituye la capa superior de sustrato por otro fresco. Una buena forma de saber si necesita un cambio de maceta es el observar si las raíces salen por el agujero de la base de la maceta.

Esta planta crece mucho pudiendo llegar hasta el techo, a menos que la despuntes para obtener una forma más redondeada y densa en lugar de larguirucha.

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